Un día Zapata los llama,
a conferenciar al frente,
Todos juntos en Iguala,
deben hacerse presentes,
y cuando hablen han de ser
razonables y prudentes.
Como un río caudaloso,
que acelera su corriente,
la tropa marcha de prisa,
ya desciende la pendiente;
la va guiando la alborada
que asoma por el oriente.
Toda Iguala está de fiesta,
canta alegre el campanario,
mientras en los tamarindos,
suspenso está el Sol de mayo,
con voz serena a Zapata,
Esto le dice Salgado:
--Señor general Zapata:
Esta tropa que aquí mira,
nunca al peligro le teme,
el nombre de usted la anima;
y en los combates, cada hombre,
por cuatro se miltiplica.
La tropa y mis generales,
su nombre y valor admiran,
y por seguir su palabra,
de sus hogares se olvidan,
hoy vienen a saludarlo,
por conocerlo deliran.
Ya conocen mi bandera,
muy sencillo es mi programa;
el campesino reclama,
desde un principio ha sido,
compañeros mi proclama.
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